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Jesús en el Parc Nacional d’Aigüestortes y el Estany de Sant Maurici. Lleida, agosto de 2011.

Jesús (pronunciado en catalán, lengua que usamos entre los dos) y yo hicimos una escapada en Agosto de 2011 por Cataluña. Jesús estaba de vacaciones y me planteó la idea de viajar juntos unos días. A mí me cuesta la idea de salir de Barcelona porque estoy todo el año viajando y porque no tengo nunca la percepción de estar de vacaciones. Pero finalmente acepté y, según su acertado consejo, fuimos al Parc Nacional d'Aigüestortes y al Estany de Sant Maurici (en Lleida y muy cerca de Huesca: en cualquier caso, Los Pirineos). 


Descubrí una maravilla de parajes naturales que me resultaron espectaculares. El viaje fue muy grato, alquilamos un coche para movernos con libertad y a nuestro aire, improvisando las rutas. Yo no conduje, Jesús lo hizo perfectamente. Yo llevo años ya sin conducir aunque viéndole a él (y viendo el relax que teníamos por carreteras en muchos casos secundarias y siempre sin tráfico por ser de interior) confieso que hubo algún momento en que me hubiera atrevido de nuevo.

Anduvimos muchísimo -un día entero por el parque cargados con dos mochilas: una con las viandas para comer y beber y poder tirarnos a descansar en cualquier sitio del recorrido, la otra con mi pesadísimo equipo fotográfico-. Pese a todo no tuvimos ningún problema. Los dos estamos en forma, parece ser. A mí ni siquiera me dolió la espalda ni se me resintieron las lumbares. No hay nada como caminar y no detenerse, estar en movimiento todo el rato. Ni comparación con lo que se me afecta la espalda cuando estoy en la ciudad en alguna situación en la que debo estar de pie durante horas y no puedo sentarme o descansar esa zona (lumbar).

Acabábamos agotados cada jornada y después de unas generosas y nutritivas cenas -yo me tomaba cada noche nada más y nada menos que una escudella completa de primero- nos íbamos a la encantadora pensión rural y, después de descargarme al portátil las fotos del día, follábamos un buen rato y dormíamos hasta el día siguiente. Nos quedamos en Espot, un pueblo muy de montaña, recomendable. Nada caro y muy agradable. Otro día fuimos (sin programarlo, surgió sobre la marcha) a un pequeño pueblo, Gerrí de la Sal, y allí nos volvimos a perder a nuestra bola por un largo camino solitario que nos condujo a la ermita de la Mare de Déu d'Arboló. Yo quería hacer fotos a Jesús no sólo en un entorno natural casi salvaje -fotos del parque del día anterior- sino también en una ermita románica -dado que el viaje, entre otros, aglutinaba esos dos aspectos, el natural y el histórico-.

En fin, todas estos retratos son de ese viaje. Hizo un tiempo espectacular. Jesús es un acompañante excepcional. Generoso y flexible. Mucho más que yo (especialmente cuando nos deteníamos para hacer mis fotos). Espero que (éstas) estén a la altura de su magnífica entrega. Yo estoy muy contento con los resultados.

Barcelona, 23 Agosto 2011 (las fotos son de los días 10 y 11 de dicho mes)

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